Una
primera mirada nos dice que está escrita en tres
lenguas: hebreo 1-2,4a + 8-12;
arameo 2,4b-7,28; griego 2,24-90 + 13-14. Los textos griegos
son manifiestamente añadidos; el reparto entre hebreo y arameo responde con
cierta aproximación al cambio de tema. El
arameo había sido lengua franca y popular; el hebreo del libro es tradicional y académico.
Una
segunda lectura nos permite distinguir bloques. A un relato introductorio, 1, 1-2,4a, sigue una serie de relatos
dramáticos o visionarios, 2,4b-7,28(0 6,29); un bloque de visiones ocupa los capítulos (7)8-12; 13-14 son tres relatos en griego. En
el cap. 2 se insertan una oración
penitencial y un himno en griego,
2,24-90. El capítulo 7 es caso especial. Por su presentación, parece
inaugurar la serie de
visiones (7- 12); por el estilo (prescindiendo de adiciones patentes), hace compañía al bloque 2-6 como desenlace trascendente.
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