El
sueño de Nabucodonosor (Gn 41)
2 1El año segundo de su reinado, Nabucodonosor tuvo un sueño; se sobresaltó
y no pudo seguir durmiendo.
2Mandó
llamar a los magos, astrólogos, agoreros y adivinos para que le explicasen el
sueño. 3Cuando llegaron a su presencia, el rey les dijo:
-He tenido un sueño que me ha sobresaltado y quiero saber lo que significa.
-He tenido un sueño que me ha sobresaltado y quiero saber lo que significa.
4Respondieron
los adivinos:
-¡Viva el
rey eternamente! Cuente su majestad el sueño y nosotros explicaremos su
sentido.
5El rey les dijo:
5El rey les dijo:
-¡Ordeno
y mando! Si no me decís el sueño y su interpretación, os harán pedazos y
demolerán vuestras casas; 6en cambio, si me explicáis el sueño y su interpretación, os colmaré de dones, regalos y honores. Por tanto,
decidme el sueño y su interpretación.
7Ellos replicaron:
-Majestad,
cuéntanos el sueño y explicaremos su sentido.
8EI rey
repuso:
-Está claro
que intentáis ganar tiempo, sabiendo que he ordenado que, 9si no me contáis el
sueño, os tocará a todos una misma sentencia. Porque os habéis conchabado para contarme mentiras y embustes mientras llega un cambio de
situación. Así que contadme el sueño y me convenceré de que sabéis interpretarlo.
10Los adivinos
contestaron al rey:
-No hay
un hombre en la tierra que pueda decir lo que el rey pide; ningún rey ni
príncipe ha exigido cosa semejante a magos, astrólogos o adivinos. 11Lo que el
rey exige es sobrehumano; sólo los dioses, que no habitan con los mortales, pueden
decírselo al rey.
12Al oírlo,
el rey se enfureció y mandó acabar con todos los sabios de Babilonia. 13y
decretó que los sabios fueran ejecutados. Y fueron a buscar a Daniel y a sus compañeros
para ajusticiarlos. 14Cuando
Arioc, jefe de la guardia real, se dirigía a ejecutar a los sabios, 15Daniel
aconsejó tener prudencia y preguntó al funcionario real:
-¿Por qué ha dado el rey un decreto tan severo?
-¿Por qué ha dado el rey un decreto tan severo?
16Arioc
le explicó todo el asunto, y Daniel se dirigió al rey para pedirle un poco de tiempo
para explicarle el sueño.
17Daniel
volvió a casa y contó todo a sus compañeros, Ananías, Azarías y Misael, 18y
les encargó que invocasen la misericordia del Dios del cielo para que les revelase
el secreto y no tuvieran que perecer Daniel y sus compañeros con los demás sabios
de Babilonia.
19En
una visión nocturna, Daniel tuvo la revelación del secreto, y bendijo al Dios del
cielo, 20diciendo:
«Bendito
sea el nombre de Dios por los siglos de los siglos.
El posee
la sabiduría y el poder, 21él cambia tiempos y estaciones,
destrona y entroniza a los reyes. Él da sabiduría a los sabios
destrona y entroniza a los reyes. Él da sabiduría a los sabios
y ciencia
a los expertos.
22revela
los secretos más profundos y conoce lo que ocultan las tinieblas.
23Te alabo
y te doy gracias,
Dios de mis padres,
porque me has dado
sabiduría y poder:
sabiduría y poder:
me has
revelado lo que te pedía,
me has revelado el asunto del rey».
24Después Daniel acudió a Arioc, a quien el rey había mandado ejecutar a los sabios de Babilonia, y le dijo:
24Después Daniel acudió a Arioc, a quien el rey había mandado ejecutar a los sabios de Babilonia, y le dijo:
-No des
muerte a los sabios de Babilonia; llévame a presencia del rey y le explicaré el
sentido del sueño.
25Arioc
lo condujo a toda prisa hasta el rey y le dijo:
-Hay un
hombre de los deportados de Judá que está dispuesto a explicar el sueño a su majestad.
26EI rey
preguntó a Daniel:
-¿De modo
que eres capaz de contarme el sueño y de explicarme su sentido?
27Daniel
repuso:
-El secreto
de que habla su majestad no lo pueden explicar ni sabios, ni astrólogos, ni magos,
ni adivinos; 28pero hay un Dios en el cielo que revela los secretos y que ha anunciado
al rey Nabucodonosor lo que sucederá al final de los tiempos.
29«Éste
es el sueño que viste estando acostado. Te pusiste a pensar en lo que iba a suceder,
y el que revela los secretos te comunicó lo que va a suceder. 30En cuanto a mí, no es que yo tenga una sabiduría superior a la de
todos los vivientes; si me han revelado el secreto es para que le explique el sentido
al rey y así puedas entender lo que pensabas.
31»Tú, rey,
viste una visión: una estatua majestuosa, una estatua gigantesca y de un brillo
extraordinario; su aspecto era impresionante.
32Tenía la cabeza de oro fino. el pecho y los brazos de plata. el vientre y los muslos de bronce. 33Las piernas de hierro y los pies de hierro mezclado con barro. 34En tu visión una piedra se desprendió sin intervención humana, chocó con los pies de hierro y barro de la estatua y la hizo pedazos. 35Del golpe se hicieron pedazos el hierro y el barro, el bronce, la plata y el oro, triturados como tamo de una era en verano, que el viento arrebata y desaparece sin dejar rastro. Y la piedra que deshizo la estatua creció hasta convertirse en una montaña enorme que ocupaba toda la tierra.
32Tenía la cabeza de oro fino. el pecho y los brazos de plata. el vientre y los muslos de bronce. 33Las piernas de hierro y los pies de hierro mezclado con barro. 34En tu visión una piedra se desprendió sin intervención humana, chocó con los pies de hierro y barro de la estatua y la hizo pedazos. 35Del golpe se hicieron pedazos el hierro y el barro, el bronce, la plata y el oro, triturados como tamo de una era en verano, que el viento arrebata y desaparece sin dejar rastro. Y la piedra que deshizo la estatua creció hasta convertirse en una montaña enorme que ocupaba toda la tierra.
36ȃste
era el sueño; ahora explicaremos al rey su sentido: 37Tú. Majestad, rey de reyes,
a quien el Dios del cielo ha concedido el reino y el poder, el dominio y la gloria, a quien ha dado poder 38sobre los hombres dondequiera
que vivan, sobre las fieras agrestes y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza de oro. Te sucederá un reino de plata,
menos poderoso. 39Después un tercer reino, de bronce, que dominará todo el orbe.
40Vendrá después un cuarto reino, fuerte como el hierro. Como el hierro destroza
y machaca todo, así destrozará y triturará a todos.
41»Los pies
y los dedos que viste, de hierro mezclado con barro de alfarero, representan un
reino dividido; conservará algo del vigor del hierro, porque viste hierro mezclado
con arcilla. 42Los dedos de los pies. de hierro y barro, son un reino a la vez
poderoso y débil. 43Como viste el hierro mezclado con la arcilla, así se mezclarán los linajes, pero no llegarán a
fundirse, lo mismo que no se puede alear el hierro con el barro. 44Durante esos
reinados, el Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido ni su
dominio pasará a otro, sino que destruirá y acabará con todos los demás reinos,
pero él durará por siempre; 45eso significa la piedra que viste desprendida del
monte sin intervención humana y que destrozó, el barro, el hierro, el bronce, la
plata y el oro. Este es el destino que el Dios poderoso comunica a su majestad.
El sueño tiene sentido, la interpretación es cierta».
46Entonces
Nabucodonosor se postró en tierra rindiendo homenaje a Daniel y mandó que le
ofrecieran sacrificios y oblaciones.
47EI rey
dijo a Daniel:
-Sin duda
que tu Dios es Dios de dioses y Señor de reyes; él revela los secretos, puesto que
tú fuiste capaz de explicar este secreto. 48Después el rey colmó a Daniel de honores
y riquezas, lo nombró gobernador de la provincia de Babilonia y jefe de todos los
sabios de Babilonia. 49 A instancias de Daniel, el rey puso a Sidrac, Misac y
Abdénago al frente de la provincia de Babilonia, mientras que Daniel quedó en la
corte.
2 El núcleo
de este capítulo es un sueño y su interpretación; este núcleo está enmarcado por
un relato brillante, en el cual mezcla el autor la sustentación narrativa con
la distancia irónica. La primera arranca del fracaso de los magos; la segunda
se consuma en tres relaciones: del rey con los magos, de los magos con Daniel,
de Daniel con el rey.
La
petición desaforada del rey pone en marcha el enredo. Interpretar sueños era parte
de la actividad convencional de aquellos adivinos. Tratándose de un arte reglamentado
y exclusivo, no podía ser controlado
desde fuera por los inexpertos y confería poder político a los expertos. El autor se burla de semejante monopolio a través de la rebelión inesperada del rey, harto de someterse al saber arcano de sus funcionarios. El autor hace un guiño al lector.
desde fuera por los inexpertos y confería poder político a los expertos. El autor se burla de semejante monopolio a través de la rebelión inesperada del rey, harto de someterse al saber arcano de sus funcionarios. El autor hace un guiño al lector.
Daniel
se solidariza con sus rivales, en vez de saborear su matanza: así los salva. Nuevo
rasgo irónico: los que pretendían salvar rey e imperio con su saber recóndito
tienen que ser salvados por un joven extranjero. La batalla se presenta por
ahora en el terreno del saber histórico; queda marginada por ahora la idolatría. El Señor conoce y predice la historia, porque él la
planea y dirige.
El Sueño
es una alegoría (véase introducción). La historia puede reducirse a un sucederse
de imperios, en poderío decreciente, controlados por Dios; al final, repentinamente,
adviene el reinado que Dios inaugura. Lo que era en la mente del autor mirada
retrospectiva se convierte en boca del personaje en profecía adelantada,
gracias al artificio de la ficción.
La
estatua significa aquí la proyección del tiempo en el espacio, para que podamos
asistir al derrumbamiento instantáneo de un largo proceso, que parece acumulado
y como congelado. Pero en vez de proceder de abajo arriba, por sedimentación, como
haríamos nosotros, mentalizados por la arqueología, el autor comienza de arriba
abajo. Porque en hebreo la cabeza es el comienzo (en-cabeza-miento) y la
primicia, lo capit-al. El orden resultante es: imperio babilonio - medo persa -
Alejandro - lágidas y seléucidas.
Pero la
estatua de materiales inorgánicos significa una concepción esquemática y reducida.
Quedan fuera los imperios egipcio, hitita y asirio, los reinos menores. ¿Por
qué? -Porque se consideran Nabucodonosor y el
destierro el comienzo de una era. Además, el proceso no es orgánico: no vemos las causas, no asistimos al madurar de los acontecimientos, no percibimos el movimiento dialéctico.
destierro el comienzo de una era. Además, el proceso no es orgánico: no vemos las causas, no asistimos al madurar de los acontecimientos, no percibimos el movimiento dialéctico.
Una
estatua es, para la mentalidad bíblica, "hechura de manos humanas"; mientras
que la piedra se desprende de la montaña "sin manos humanas". Viene a
la memoria la estatua que Moisés redujo a polvo (Ex 32), salvando las
diferencias.
A
través de Daniel, el Dios de los judíos se enfrenta con el emperador del mundo.
No le exige que "suelte a su pueblo" (Ex passim), sino que reconozca
el poder soberano del Dios de Daniel (cfr. Ex 5,2). Dios es un salvador
escatológico; Nabucodonosor no puede fundar una dinastía perpetua ni todas las
dinastías sucesivas llenarán una medida de perpetuidad.
2,2 A
lo largo del libro encontramos las siguientes denominaciones: magos, astrólogos,
agoreros, sabios, adivinos; el autor enumera sin precisar. Véanse Dt 18,10; Is 47,13.
2,4 La
interpretación de sueños y visiones adquiere gran importancia en la época. A veces
la interpretación se encomienda a otro, a un ángel mediador; o se relega a otra
época.
2,5 Comienza
el texto arameo, que llega hasta 7,28.
2,10 Preparan
una plataforma monumental a Daniel. Nueva ironía del autor.
2,18 El
término "secreto" recurre ocho veces en el capítulo. Es secreto que Dios
solo puede revelar (Dt 29,28; cfr. Am 3).
2,20-23
El breve himno resume la situación.
2,28
Los apocalípticos son conscientes de vivir en el último acto, sperando la caída
del telón y la irrupción del reinado de Dios.
2,29-30
Es sugestivo contemplar al emperador del mundo escuchando de labios de su
siervo el sueño reservado en el real pecho (compárese con Prov 25.1 s).
2,31-35
La brevedad y lucidez de la descripción convencen al rey y también, artísticamente,
al lector la grandeza colosal, el brillo deslumbrante, la caída súbita, el
escenario barrido por el viento y llenándose con la montaña suceden en pocas
frases certeras. La visión
es grandiosa con sobriedad. Reina el silencio, quebrado por el choque final.
2,35 "Como el tamo": Sal 1,4; 18,43.
2,37-38 Inspirado en Jr 27.6 y 28.14; mediatamente depende de Gn 1.28 y Sal 8; reaparece en Bar 3.16.
2,41-43
La amplificación algo torpe desentona en el resto; quizá sea adición de un comentarista.
Hay que retener la mezcla de poder y debilidad.
2,44 El
material del nuevo reino es sólida piedra o roca; la montaña representa lo estable
y duradero (Gn 49.26; Hab 3.6).
2,45 En
el contexto del autor la piedra es el pueblo elegido; la lectura mesiánica se impuso
más tarde.
2,46 El
emperador rindiendo homenaje a Daniel es un rasgo irónico final.
2,47
El título como en Dt 10,17 y Sal 136,2.
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