sábado, 18 de mayo de 2013
CAPÍTULO 14.
Bel o el fraude descubierto (ls 46; Jr 50,2.10)
14 1El rey Astiages fue sepultado en el sepulcro familiar
y le sucedió en el trono Ciro, el persa. 2Daniel vivía con el rey, más honrado que
sus demás amigos. 3Tenían los babilonios un ídolo llamado Bel; cada día le
llevaban medio quintal de sémola, cuarenta ovejas y ciento treinta litros de vino.
4También
el rey lo veneraba y acudía todos los días a adorarlo, mientras que Daniel
adoraba a su Dios.
5El rey
le preguntó: -¿Por qué no adoras a Bel?
Contestó: -Porque yo no venero a dioses de fabricación humana, sino al Dios vivo, creador de cielo y tierra y dueño de todos los vivientes.
Contestó: -Porque yo no venero a dioses de fabricación humana, sino al Dios vivo, creador de cielo y tierra y dueño de todos los vivientes.
6EI rey
le replicó: -Entonces, ¿no crees que Bel es un dios vivo? ¿No ves todo lo que
come y bebe a diario?
7Daniel repuso sonriendo: -No te engañes, majestad. Ese es de barro por dentro y de bronce por fuera y jamás ha comido ni bebido.
7Daniel repuso sonriendo: -No te engañes, majestad. Ese es de barro por dentro y de bronce por fuera y jamás ha comido ni bebido.
8EI rey
se enfadó, llamó a sus sacerdotes y les dijo: -Si no me decís quién se come
esas viandas moriréis. Pero si demostráis que se las come Bel, morirá Daniel por haber
blasfemado contra Bel.
9Daniel dijo al rey: -Que se cumpla lo que has dicho.
9Daniel dijo al rey: -Que se cumpla lo que has dicho.
10Los
sacerdotes de Bel eran setenta, sin contar mujeres y niños. El rey se dirigió
con Daniel al templo de Bel. 11Los sacerdotes de Belle dijeron: -Nosotros saldremos fuera.
Tú, majestad, trae la comida, mezcla el vino y acércalo, después cierra la
puerta y séllala con tu anillo. 12Mañana temprano volverás; si descubres que
Bel no ha consumido todo, moriremos nosotros; en caso contrario, morirá Daniel
por habernos calumniado.
13(Lo
decían muy seguros, porque habían hecho debajo de la mesa un pasadizo oculto
por donde entraban siempre a comer las ofrendas).
14Cuando
salieron ellos, el rey acercó la comida a Bel. Daniel mandó a sus criados que
trajeran ceniza y la esparcieran por todo el templo, en presencia del rey solo.
Salieron, cerraron la puerta, la sellaron con el anillo real y se marcharon.
15Aquella
noche los sacerdotes, según costumbre, vinieron con sus mujeres y niños y
dieron cuenta de la comida y la bebida.
16El
rey madrugó y lo mismo hizo Daniel.
17Preguntó
el rey: -¿Están intactos los sellos?
Contestó:
Contestó:
-Intactos,
majestad.
18Al
abrir la puerta, el rey miró a la mesa y gritó: -¡Qué grande eres, Bel! No hay
fraude en ti.
19Daniel, riéndose, sujetó al rey para que no entrase y le dijo: -Mira al suelo y averigua de quién son esas huellas.
19Daniel, riéndose, sujetó al rey para que no entrase y le dijo: -Mira al suelo y averigua de quién son esas huellas.
20El
rey repuso: -Estoy viendo huellas de hombres, mujeres y niños. 21y montando en
cólera, hizo arrestar a los sacerdotes con sus mujeres y niños. Le enseñaron la
puerta secreta por donde entraban a comer lo que había en la mesa. 22El rey los
hizo ajusticiar y entregó Bel a Daniel, el cual lo destruyó con su templo.
23Había
también un dragón enorme, al que veneraban los babilonios.
24EI
rey dijo a Daniel: -No dirás que éste es de bronce; está vivo, come y bebe; no
puedes negar que es un dios vivo. Adóralo.
25Replicó
Daniel: -Yo adoro al Señor, mi Dios, que es el Dios vivo. Dame permiso,
majestad, y mataré al dragón sin palo ni cuchillo.
26EI
rey contestó: -Concedido.
27Entonces
Daniel tomó pez, grasa y pelos; los coció, hizo unas albóndigas y se las echó
en la boca al dragón. El dragón las comió y reventó. Daniel sentenció: -Eso es lo que
venerabais.
28AI
enterarse los babilonios se enfurecieron, se amotinaron contra el rey y
dijeron: -El rey se ha vuelto judío: ha destrozado a Bel, ha matado al dragón y
ha degollado a los sacerdotes.
29
Acudieron al rey y exigieron: -Entréganos a Daniel si no quieres morir con tu
familia.
30Viendo
el rey que lo apremiaban con violencia, les entregó a Daniel a la fuerza.
31Ellos lo arrojaron al foso de los leones, donde pasó seis días.
32Había
en el foso siete leones; cada día les echaban dos ajusticiados y dos ovejas; en
aquella ocasión no les echaron nada para que devorasen a Daniel.
33En
Judea vivía el profeta Habacuc. Aquel día había guisado un cocido, migado pan
en una cazuela y marchaba al campo para llevárselo a los segadores.
34EI
ángel del Señor ordenó a Habacuc: -Ese almuerzo llévaselo a Daniel, que está en
Babilonia, en el foso de los leones.
35Habacuc
respondió: -Señor, ni he visitado Babilonia ni conozco ese foso.
36Entonces
el ángel del Señor lo asió por la coronilla sujetándolo por el pelo, lo llevó
zumbando con su aliento y lo depositó frente al foso.
37Habacuc gritó: -Daniel, Daniel, toma el almuerzo que te envía Dios.
37Habacuc gritó: -Daniel, Daniel, toma el almuerzo que te envía Dios.
38Daniel
respondió: -Dios mío, te has acordado de mí, no has desamparado a los que te
aman.
39Y
levantándose se puso a comer. Mientras, el ángel del Señor restituía a Habacuc
a su país.
40AI séptimo día vino el rey para llorar a Daniel. Se acercó al foso, miró dentro y allí estaba Daniel sentado. 41Con todas sus fuerzas gritó: -¡Grande eres, Señor, Dios de Daniel, y no hay más Dios que tú!
40AI séptimo día vino el rey para llorar a Daniel. Se acercó al foso, miró dentro y allí estaba Daniel sentado. 41Con todas sus fuerzas gritó: -¡Grande eres, Señor, Dios de Daniel, y no hay más Dios que tú!
42Lo
hizo sacar, y a los culpables del atentado los hizo arrojar al foso, y al
instante fueron devorados en su presencia.
14,1-22
Un autor griego ha escrito esta página de literatura burlesca, que ha logrado entrar
en nuestro canon. El relato es entretenido y superficial: se inventa unos
enemigos cómodos y los desmantela con una ironía fácil. El autor no toma en
serio a sus personajes ni el problema que encarnan. Estamos en un clima ilustrado,
en el que muchos paganos estaban de acuerdo con los judíos, y éstos podían
reírse tranquilamente del culto idolátrico. No se puede comparar esta crítica con
la de los profetas, mucho más seria y profunda, cuando el problema era vivo y
trascendental. El ataque no se dirige únicamente al ídolo venerado, sino mucho
más a la casta sacerdotal, que vive del fraude religioso. Para el pueblo, el
ídolo sigue en pie porque se come las ofrendas; en realidad, los sacerdotes
mantienen en pie al ídolo para comerse ellos las ofrendas. Y ¿no comían también
las ofrendas los sacerdotes judíos? -Sí, pero sin fraude.
Daniel
repite su papel de "juicio de Dios": un juicio de vida y muerte en
que quedan comprometidos Daniel, los sacerdotes y el ídolo. El ídolo ha de
probar, comiendo y bebiendo, que es dios vivo y que salva a sus ministros; si
no lo hace, perderá la vida ficticia que le han otorgado. Al dios tocaría
defenderse, decía el padre de Gedeón (Jue 6,31). Sucede que el único dios vivo es el de Daniel.
14,3 Bel
significa señor; es título de Marduk en Jr 50,2.
14,4 Véase
Miq 4,5.
14,5 Véanse
Sal 115; 135; Jr 10.
14,7 El
rey prevé el delito de blasfemia, los sacerdotes el de calumnia.
14,8 Será
un juicio de Dios: compárese con 1 Re 18, Ellas en el Carmelo.
14,22 Véanse
Ex 12,12 e Is 46,1.
14,23-42
El segundo relato continúa el precedente, como respuesta a la segunda objeción
del rey. Daniel responde en el mismo terreno: un Dios que muere no es Dios. El relato
es entretenido como el anterior y está animado por el episodio intercalado de
Habacuc. Es regocijante imaginarse los siete leones contemplando desconsolados
al apetitoso personaje, al que no pueden hincar diente, mientras él saborea el
guiso de la cazuela. Almuerzo apacible en el marco de un ayuno multiplicado por
siete leones y siete días. Almuerzo con sabor a recetas patrias y traído por
correo angélico. El autor se divierte pisoteando mentalmente "leones y
dragones" (Sal 91,13).
El
dragón es aquí la gran superstición del pueblo, compartida por el rey; Daniel
quiere liberarlos dando muerte al dragón. La acción provoca un motín popular,
porque el pueblo se aferra a sus supersticiones; quiere ser engañado: véase Eclo 22,9-12; también 6, 20s y 21,18s.
14,23
Véase Sab 15,18.
14,27
Hay ironía en esa receta matadragones, como la había en el perfume espantademonios
de Tobías 8,3. La campaña de los judíos contra los paganos se hará con la burla,
sin palo ni cuchillo.
14,29
Jr 38,5.
14,37 A
Elías le llevaban la comida los cuervos (1 Re 17,4).
14,38
Véase Sal 145,20.
14,41-42
Como comentario, puede leerse Sal 35,17-28.
CAPÍTULO 13.
RELATOS GRIEGOS Susana y Daniel
13 1Vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín,
2casado con Susana, hija de Jelcías, mujer muy bella y religiosa. 3Sus
padres eran honrados y habían educado a su hija según la Ley de Moisés. 4Joaquín
era muy rico y tenía un parque junto a su casa; como era el más respetado de todos,
los judíos solían reunirse allí.
5 Aquel
año fueron designados jueces dos concejales del pueblo, de esos que el Señor denuncia
diciendo: «En Babilonia la maldad ha brotado de los viejos jueces, que pasan
por guías del pueblo». 6Solían ir a casa de Joaquín, y los que tenían pleitos que
resolver acudían a ellos.
7 A mediodía,
cuando la gente se marchaba, Susana salía a pasear por el parque con su marido.
8Los concejales la veían a diario, cuando salía a pasear por el parque, y se enamoraron
de ella: 9«Pervirtieron su corazón y desviaron los ojos para no mirar a Dios ni
acordarse de sus justas leyes».
10Los
dos estaban locos de pasión por ella, pero no se confesaban mutuamente su tormento,
Ilporque les daba vergüenza admitir que estaban ansiosos de poseerla. 12Día tras
día acechaban ansiosamente para verla.
13Un día
dijeron: -Vamos a casa, que es la hora de comer.
14Y al salir
se separaron. Pero, dando media vuelta, se encontraron otra vez en el mismo sitio.
Preguntando uno a otro el motivo, acabaron por confesarse su pasión. Entonces, de acuerdo, fijaron una ocasión para encontrarla sola.
Preguntando uno a otro el motivo, acabaron por confesarse su pasión. Entonces, de acuerdo, fijaron una ocasión para encontrarla sola.
15Un día,
mientras acechaban ellos el momento oportuno, salió ella como de ordinario, acompañada sólo de dos criadas, y se le antojó bañarse en el parque, porque hacía
mucho calor. 16Allí no había nadie fuera de los dos viejos escondidos y acechándola.
17Susana
dijo a las criadas: - Traedme el perfume y las cremas y cerrad la puerta del parque
mientras me baño.
18Ellas,
cumpliendo la orden, cerraron la puerta del parque y salieron por una puerta lateral
para traer el encargo, sin darse cuenta de que los viejos estaban escondidos.
19 Apenas
salieron las criadas, se levantaron los dos concejales, corrieron hacia ella
20y le dijeron: -Las puertas del parque están cerradas, nadie nos ve y nosotros
estamos enamorados de ti; consiente y acuéstate con nosotros. 21Si te niegas, daremos
testimonio contra ti diciendo que un joven estaba contigo y que por eso habías
despachado a las criadas. 22Susana lanzó un gemido y dijo:
-No tengo
salida: si hago eso seré rea de muerte; si no lo hago, no escaparé de vuestras manos.
23Pero prefiero no hacerlo y caer en vuestras manos antes que pecar contra Dios.
24Susana
se puso a gritar, y los concejales, por su parte, también gritaron. 25Uno de ellos
fue corriendo y abrió la puerta del parque. 26AI oír gritos en el parque, la servidumbre
vino corriendo por la puerta lateral a ver qué le había pasado. 27y cuando los
viejos contaron su historia los criados quedaron abochornados, porque Susana nunca
había dado que hablar.
28Al día
siguiente, cuando la gente vino a casa de Joaquín, el marido, vinieron también
los dos viejos con el propósito criminal de hacerla morir. 29En presencia del
pueblo ordenaron: -Id a buscar a Susana, hija de Jelcías, mujer de Joaquín.
30Fueron
a buscarla, y vino ella con sus padres, hijos y parientes.
31Susana
era una mujer muy delicada y muy hermosa. 32Los canallas le mandaron quitarse el
velo que llevaba echado para gozar mirando su belleza. 33Toda su familia y cuantos
la veían lloraban.
34Entonces,
los dos concejales se levantaron en medio de la asamblea y pusieron las manos sobre la cabeza de Susana.
35Ella,
llorando, levantó la vista al cielo, porque su corazón confiaba en el Señor. 36Los
concejales declararon:
-Mientras
paseábamos nosotros solos por el parque, salió ésta con dos criadas, cerró la puerta
del parque y despidió a las criadas. 37Entonces se le acercó un joven que
estaba escondido y se acostó con ella. 38Nosotros estábamos en un rincón del parque,
y al ver aquel delito corrimos hacia ellos. 39Los vimos abrazados, pero no pudimos
sujetar al joven, porque era más fuerte que nosotros, y abriendo la puerta salió
corriendo. 40En cambio, a ésta le echamos mano y le preguntamos quién era el
joven, pero no quiso decírnoslo. Damos testimonio de ello.
4JComo
eran concejales del pueblo y jueces, la asamblea les creyó y condenó a muerte a
Susana.
42Ella dijo
gritando: -Dios eterno que ves lo escondido, que lo sabes todo antes de que suceda,
43tú sabes que han dado falso testimonio contra mí, y ahora tengo que morir siendo
inocente de lo que su maldad ha inventado contra mí.
44EI Señor la escuchó. 45Mientras la llevaban para ejecutarla, Dios movió con su santa inspiración a un muchacho llamado Daniel; 46éste dio una gran voz: -¡No soy responsable de ese homicidio!
47Toda la gente se volvió a mirarlo y le preguntaron: -¿Qué pasa, qué estás diciendo?
44EI Señor la escuchó. 45Mientras la llevaban para ejecutarla, Dios movió con su santa inspiración a un muchacho llamado Daniel; 46éste dio una gran voz: -¡No soy responsable de ese homicidio!
47Toda la gente se volvió a mirarlo y le preguntaron: -¿Qué pasa, qué estás diciendo?
48ÉI, plantado
en medio de ellos, les contestó: -Pero ¿estáis locos, israelitas? ¿Conque sindiscutir
la causa ni apurar los hechos condenáis a una israelita? 49Volved al tribunal, porque
ésos han dado falso testimonio contra ella.
50La gente
volvió a toda prisa, y los concejales le dijeron: -Ven, siéntate con nosotros y
explícate; pues Dios te ha nombrado concejal.
51Daniel
les dijo: -Separarlos lejos uno del otro, que los voy a interrogar yo.
52Los apartaron,
él llamó a uno y le dijo: -¡Envejecido en años y en crímenes! Ahora vuelven tus pecados pasados; 53cuando dabas sentencia injusta condenando inocentes
y absolviendo culpables, contra el mandato del Señor: «No matarás al inocente ni
al justo». 54Ahora, puesto que tú la viste, dime debajo de qué árbol los viste abrazados.
El respondió:
-Debajo
de una acacia.
55Replicó Daniel:
55Replicó Daniel:
-Tu calumnia
se vuelve contra ti: el ángel de Dios ha recibido la sentencia divina y te va a
partir por medio.
56Lo apartó,
mandó traer al otro y le dijo: -¡Eres cananeo y no judío! La belleza te sedujo
y la pasión pervirtió tu corazón. 57Eso hacíais con las mujeres israelitas, y ellas
por miedo se acostaban con vosotros; pero una mujer judía no ha tolerado vuestra maldad. 58Ahora
dime: ¿bajo qué árbol los sorprendiste abrazados?
El contestó:
-Debajo de una encina.
59Replicó
Daniel: -Tu calumnia se vuelve contra ti: el ángel de Dios aguarda con la espada
para dividirte por medio. Y así acabará con vosotros.
6OEntonces
toda la asamblea se puso a gritar bendiciendo a Dios, que salva a los que esperan
en él. 61Se alzaron contra los dos concejales a quienes Daniel había dejado convictos
de falso testimonio por su propia confesión. 62Según la Ley de Moisés, les aplicaron
la pena que ellos habían tramado contra su prójimo y los ajusticiaron. Aquel día
se salvó una vida inocente.
63Jelcías,
su mujer, todos los parientes y Joaquín, el marido, alabaron a Dios, porque su pariente
Susana no había cometido ninguna acción vergonzosa.
64y desde
aquel día, Daniel gozó de gran prestigio entre el pueblo.
RELATOS GRIEGOS
13
Comienzan los relatos en griego. El relato de Susana es uno de los más populares
del libro. Varios ingredientes han contribuido a su popularidad: el argumento
con su drama y desenlace feliz, que es el triunfo de la inocencia; la descripción
irónica de la pasión de los dos viejos y el proceso de la venganza; la figura
del muchacho que salva la situación con un recurso bastante ingenuo. Todo un
trasfondo de sabiduría popular o culta, de piedad de salmos, toma la palabra por medio del relato o acompañando a los personajes. La escena sucede en una
comunidad judía pequeña, donde no falta el bienestar, regida por jefes locales.
Los
personajes. Los dos viejos/concejales están tratados sin piedad: dos viejos enamorados
como jovenzuelos y jugando al escondite como niños. La sátira se dirige primero
a abusos de poder dentro de la comunidad. Puede ensancharse a jefes extraños que
pretenden aprovecharse de la mujer / comunidad, deshonrándola, quitándosela a
su marido / Yhwh. Susana representa un ideal de fidelidad conyugal y
confianza en Dios.
Por sus cualidades y según la tradición, puede representar a la comunidad judía, fiel a su Dios hasta el sacrificio. En un parque (paradeisos) se ha metido el tentador, que sabe de vida y muerte, que al no poder atraer, amenaza. La simpatía del autor por Susana es manifiesta: rica, bella, honesta, religiosa.
Daniel es el muchacho que evoca la figura de Samuel. Por su edad contrasta con los viejos y realiza así el motivo del héroe pequeño frente a los grandes. Su nombre es su destino: "Dios juzga". El grito del muchacho atraviesa la multitud como protesta crítica, contra la perversión de unos y la ligereza de los demás. Es una voz profética frente a unos jefes institucionales y una comunidad complaciente. Celebra un juicio de vida y muerte que la comunidad entera debe ratificar.
Daniel es una conciencia fresca, no manchada ni entumecida, a través de la cual Dios vuelve a tomar posesión de su pueblo.
13,1 Os
14,6; Dt 4,9; 6,7.
13,2
Susana significa azucena o lirio (con el artículo árabe), es piropo para la
amada (Cant 2,2; 6,3); se lo aplica a Israel Os 14,6 Alusión inicial que puede
despertar la referencia en clave al pueblo escogido.
13,5
Véase Dt 1,9-18.
13,6 Dt
1,9-18.
13,8
Véase el aviso de Eclo 9,8; 16,17-23.
13,20 Véase la descripción de Eclo 16, 17.23; 23,19.
13,22
La adúltera tenía pena de muerte: Lv 20,10.
13,23
Recuerda el ejemplo de José (Gn 39,9).
13,34
Según la ley de Lv 24,14.
13,36
Dos testigos, según la ley de Nm 35,30; Dt 19,15.
13,40
Véanse Sal 64,4; Prov 10,6.18.
13,42
Véanse Prov 15,3; Sal 7,10.
13,43
Véanse Sal 17,3; 27,12; 120,2.
13,44
Véase Prov 15,29.
13,46
Véase Prov 24,11.
13,48
Véase Prov 17,15.
13,49
Véase Sal 94,20.
13,53
Contra la ley de Ex 23,7 y Lv 19,15.
13,55
Véanse Prov 19,5 y Sal 59,13. En este verso y en el 59 el castigo consuena en griego
con el nombre del árbol correspondiente.
13,56
Véanse Gn 9,25-27 y Ez 16,3.
13,60
Véase SaI109,30s.
13,61
Véanse Sal 64,9; Prov 19,9.
13,62
La ley: Ot 19,18s. Véanse también Prov 11 ,8 Y Sal 34,22.
13,63
Ver Sal 3,4.
13,64
Como Samuel: 1 Sm 3,19-21.
CAPÍTULO 12.
Resurrección y Salvación (Is 24-27; Ez 38-39; JI 3-4)
12 1Enronces se levantará Miguel, el arcángel que
se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que
hubo naciones hasta ahora.Entonces
se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro.
2Muchos
de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para ignominia
perpetua.
3Los maestros
brillarán como brilla el firmamento, y los que convierten a los demás, como estrellas,
perpetuamente.
4«Tú, Daniel,
guarda estas palabras y sella el libro hasta el momento final. Muchos lo repasarán
y aumentarán su saber».
5Yo, Daniel,
vi a otros hombres en pie a ambos lados del río. 6y pregunté al hombre vestido de
lino, que se cernía sobre el agua del río:
-¿Cuándo
acabarán estos prodigios?
7EI hombre
vestido de lino, que se cernía sobre el agua del río, alzó ambas manos al cielo
y le oí jurar por el que vive eternamente:
-Un año
y dos años y medio. Cuando acabe la dispersión del pueblo santo, se cumplirá todo
esto.
8yo oí sin entender y pregunté:
8yo oí sin entender y pregunté:
-Señor,
¿cuál será el desenlace?
9Me respondió:
-Ve,
Daniel. Las palabras están guardadas y selladas hasta el momento final. 10Muchos
se purificarán y acendrarán y blanquearán; los malvados seguirán en su maldad, sin
entender; los maestros comprenderán. 11Desde que supriman el sacrificio cotidiano
y coloquen el ídolo abominable pasarán mil doscientos noventa días. 12Dichoso
el que aguarde hasta que pasen mil trescientos treinta y cinco días. 13Tú vete
y descansa. Te alzarás a recibir tu destino al final de los días.
12,1-3
Como en las escatologías clásicas, la derrota del enemigo no es más que el acto
penúltimo, que precede a la instauración definitiva del reinado de Dios. La
nueva era se alumbra con dolores de parto, heraldos de vida y salvación. Este
libro sigue la tradición oficial, pero añade la doctrina nueva de la resurrección (antecedentes en Is
53; Ez 37; Is 26,14-19), que se impondrá entre la mayoría de los judíos. Su resurrección
no es universal, pero es personal y diferenciada.
La
resurrección precede al juicio de separación (cfr. Ez 20,35-38). Si para
Ezequiel resucitar es salir del destierro (Ez 37, 12), concibe una resurrección
para retornar a la patria y otra para morir en el desierto. Nuestro autor toma
a la letra la imagen y ensancha su alcance: resurrección para incorporarse al nuevo
reino de Dios. Entre los que resucitan hay un grupo privilegiado: no los
guerreros -Macabeos- ni siquiera los mártires -Eleazar y compañeros-, sino unos
maestros que predican con éxito la conversión. Los ciudadanos del nuevo reino
tienen que ser justos (Is 26,2).
Es
bastante claro el sentido de una vida eterna que, si sobrepasa a Is 65,20,
puede apoyarse en Is 25,8. Su opuesto no es tan claro. La "ignominia perpetua"
puede ser una conciencia de derrota que se experimentará sin término o la conciencia
de una derrota definitiva e irreversible. La distinción es: indefinida o
definitiva. La expresión hebrea "ignominia perpetua/definitiva" se
lee en Sal 78,66 sin implicación de supervivencia perpetua; Is 66,24 habla de "cadáveres", no de seres resucitados sufriendo. No
parece que los autores de la época se imaginasen a un Antíoco otra vez vivo en cárcel perpetua; pensaban
más bien en su fracaso definitivo. Finalmente, el texto no opone vida eterna
gloriosa / vida eterna ignominiosa, sino vida eterna / ignominia eterna.
Entonces ¿para qué resucitan? -Para comparecer a juicio (Sab 5).
12,3 "Como
brilla el firmamento": la palabra hebrea que responde a brillo, zohar, se
ha hecho famosa en la literatura cabalística por su obra capital, seper hazzohar (siglo
XIII).
12,6-7
Es la pregunta de 8,13 con la respuesta de 7,27.
12,10
Al negarse a comprender el mensaje, los malvados se confirman en su maldad.
12,11-12
Dos revisiones cronológicas para salvar la esperanza cuando el plazo señalado
no trajo la liberación.
12,12
Sab 4,20; 5,1.
12,13
El descanso de la muerte con la esperanza de resucitar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)